Confianza #7: Los medios independientes luchan contra la Gran Mentira


Llevo años escribiendo sobre la confianza en los medios de comunicación, con un enfoque particular en el valor económico de las noticias y la información confiable. Los lectores quieren información en la que puedan confiar: consumen medios en los que confían e incluso pagan por medios en los que confían.

Los lectores buscan desesperadamente medios creíbles. Y se encuentran con estos problemas:

  • Un número desproporcionado de personas recibe las noticias desde Google y Facebook, que reúnen montones de información sobre nuestras inclinaciones y comportamientos y la utilizan para alimentarnos con publicidad, en parte confiable y clara y en parte no.
  • Nos bombardean con publicidad política, a menudo de ataque, que va desde afirmaciones difíciles de evaluar sobre el otro bando hasta mentiras descaradas, como que los inmigrantes roban y comen mascotas en Springfield, Ohio.
  • En partes del mundo con regímenes inestables o autoritarios, los gobiernos se mueven rápido para consolidar el control de los medios de comunicación y fomentar la “gran mentira”, que, oída lo suficiente, empieza a sonar normal: “Todo el mundo sabe eso”.
  • ¿Por qué los líderes de golpes militares toman el control de las principales estaciones de TV y radio y cooptan a los referentes de los medios como una de sus primeras acciones? Porque así pueden controlar el mensaje y las noticias.
  • Pueden silenciar a sus opositores y justificar sus acciones. Pueden afirmar que actúan en nombre del pueblo mientras suprimen la oposición o se enriquecen, o ambas cosas.

Pero hay otra historia, la de los medios independientes.

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Quien controla los medios tiene las riendas del poder

Pregúntate: ¿Por qué dos de las 10 empresas más grandes del mundo obtienen la mayor parte de sus ingresos de la publicidad? (Hablamos de Alphabet, matriz de Google y YouTube, y Meta, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp).

Tal vez sea porque penetrar en los corazones y las mentes de las personas tiene un enorme valor económico para cualquiera que venda algo. ¿Son confiables los mensajes publicitarios? Si las reseñas manipuladas son un indicio, no, no siempre lo son.

En el mundo de la política, la publicidad ayuda a cualquier referente o partido a definirse en sus propios términos. Y esos términos suelen centrarse en “quién es el enemigo”. ¿Por qué últimamente nos inunda tanta publicidad negativa en mensajes de texto, vallas publicitarias, televisión, radio e incluso periódicos? Porque funciona. James Ball, escribiendo en The Atlantic en junio de 2023, predijo la inundación de publicidad a la que los estadounidenses iban a estar sometidos durante el último ciclo electoral.

Dónde y cómo obtenemos las noticias

De acuerdo con un estudio de 2024 del Pew Research sobre el consumo de noticias de los estadounidenses, “una gran mayoría de los adultos (86%) dice que al menos a veces obtiene noticias desde un teléfono inteligente, computadora o tablet, incluido el 57% que dice que lo hace a menudo”.

¿Y cómo obtienen las noticias en esos dispositivos digitales? “Los sitios web o aplicaciones de noticias y los motores de búsqueda son los más comunes: alrededor de dos tercios de los adultos estadounidenses al menos a veces obtienen noticias de cada una de estas maneras. Un poco más de la mitad (54%) al menos a veces obtiene noticias de las redes sociales, y el 27% dice lo mismo de los podcasts”.

Es fácil crear una aplicación de noticias o jugar con la optimización de las búsquedas para “inundar la zona”, como aspiran a hacer algunos manipuladores con desinformación y propaganda.

Y lo han conseguido. El boletín de fact-checking Reality Check publicó una serie de posts que muestran cómo Rusia, China, Irán y otros aliados han automatizado mentiras flagrantes sobre los candidatos demócratas y republicanos. La estabilidad política de la mayor potencia militar y económica del mundo está bajo ataque.

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La gran mentira

Las grandes mentiras que se repiten acaban siendo repetidas, a su vez, por personas que apenas están sintonizadas con la conversación pública. Entonces suenan normales: “Todo el mundo sabe eso”.

En Rusia, Vladimir Putin describió la invasión de Ucrania en 2022 como “una acción militar especial”. Y cualquiera que utilice la palabra “guerra” en Rusia para describirla puede ser encarcelado o sometido a graves represalias: 20.000 hasta ahora, según Amnistía Internacional.

¿Cómo se difunde la Gran Mentira? Con la ayuda de medios de comunicación con fines de lucro y dependientes de la publicidad. No tendrán reparo en impulsar contenidos sensacionalistas que provoquen miedo, ansiedad, odio — y clics que generan ingresos.

Medios independientes y confianza pública

Todo lo anterior debería preocuparnos a todos: ¿En quién podemos confiar? ¿Estas grandes empresas deberían ser reguladas? Hay abundante investigación académica y cobertura periodística sobre cuestiones relativas a la regulación. Y todo eso se centra en lo que debería hacer otra persona, lo que debería hacer el gobierno, lo que deberían hacer las plataformas tecnológicas, etc.

Mientras tanto, hay miles de medios independientes en todo el mundo —es decir, independientes de influencias políticas y comerciales— que trabajan para servir a sus comunidades con noticias e información confiable sobre las que la gente pueda accionar.

Mientras los grandes medios han ido perdiendo lectores, anunciantes y la confianza de las audiencias durante las dos últimas décadas, ha ido creciendo un movimiento de base de medios más pequeños.

Estos pequeños medios digitales esperan sustituir lo que se ha perdido: un periodismo en el que se pueda confiar y que sirva al interés público. El directorio de medios del Proyecto Oasis mapea más de 3.000 en Europa, Norteamérica y Latinoamérica.

En agosto escribí sobre el Proyecto Oasis y detallé cómo se financió y ejecutó. SembraMedia, organización de cuyo comité ejecutivo formo parte, se asoció con varias organizaciones para elaborar el estudio.

Sin tiempo que perder

Siento poca simpatía por los grandes medios de comunicación que se hundieron en los últimos años porque buscaban servir a los anunciantes y no a los lectores. Intentaron proteger sus modelos de negocio y sus beneficios recortando costos, principalmente despidiendo a las personas mejor preparada para producir información por la que la gente estuviera dispuesta a pagar (doy bastantes ejemplos aquí).

Otro ejemplo notable de emprendedores que pasan a la acción es el Media Development Investment Fund (MDIF), que ha invertido en 152 empresas de 47 países: “El MDIF proporciona financiación de deuda y capital para ayudar a los medios independientes a crear empresas sólidas y viables y salvaguardar su independencia editorial”.

También vale mencionar el American Journalism Project, que ha recaudado US$175 millones para apoyar a 49 medios locales sin fines de lucro.

 The Fix Media, por su parte, incluye en su núcleo a Kyiv Independent de Ucrania. Su equipo pasó de 18 a 50 personas desde que empezó la guerra, en gran parte gracias a las donaciones de organizaciones y lectores por un total de EUR1,8 millones.

Además, The Fix y sus medios asociados han recaudado otros EUR4,8 millones para apoyar a sus colegas ucranianos dentro y fuera del país.

Y también podríamos sumar a las 20 publicaciones de 16 países de Europa y América que abordamos con algunos colegas para el estudio “Algunos modelos viables para el periodismo digital de interés público”.

Un servicio público, no un negocio

Publicar las noticias en papel o transmitirlas por antena era un negocio lucrativo antes de Internet. Pero Internet fracturó el antiguo monopolio de producción y distribución que tenían los medios tradicionales. Hoy en día, ningún medio puede reclamar una “exclusiva” durante más de unos pocos segundos.

Si una noticia es de gran interés público —corrupción, abuso de poder, injusticia social—, otros medios la van a publicar y pueden o no darle crédito a la publicación que descubrió los hechos. Por lo tanto, ser el primero no supone ninguna ventaja comercial. Estamos hablando de un servicio público.

Hace tres años empecé a escribir una serie acerca las razones para ser optimistas sobre el negocio de las noticias (a pesar de todo lo que hemos oído). Llegué hasta la razón nº 12; no necesitaba más para convencerme. Espero haber convencido a otros.

Que quede claro: no soy un optimista enceguecido que no puede ver la amenaza de todas las tendencias negativas en los medios de comunicación. Pero para los pesimistas simplemente no hay nada por hacer. Los optimistas pasan a la acción. Quizás no hayas notado cuántos son. Yo sigo viendo cada vez más.

Traducido del inglés por IJNet.