Jarvis: organizar la información |
Hace algunos años yo estaba trabajando en Bielorusia, anteriormente parte de la Unión Soviética, donde los periódicos independientes luchan por sobrevivir. El gobierno les niega acceso a los quioscos, de propiedad estatal, les sobrecarga el papel de periódico, y les acosa a cada paso.
En esa situación, cuando analizábamos la web de un periódico, nuestra prioridad era desarrollar los ingresos de las versiones digitales. Resulta que en el sitio web de un editor, la página más popular contenía los horarios de los autobuses. Además, el tiempo medio de una visita a esa página era de 5 minutos, 30 segundos, una eternidad en el mundo digital. El editor, un periodista, se sentía humillado al ver que un mero listado era más atractivo para su audiencia que las noticias puras y duras.
Recordé este ejemplo mientras leía el nuevo libro de Jeff Jarvis, “Geeks Bearing Gifts: Imagining New Futures for News”, donde define su idea de un nuevo rol para periodistas: “Ayudar a una comunidad a que organice mejor su información para que se pueda organizar mejor a sí misma”.
Para muchos periodistas, dice Jarvis, la lección que debemos aprender es que nuestras narrativas no necesariamente sirven bien a las necesidades y deseos de nuestras comunidades (un horario de autobuses, por ejemplo). En lugar de definirnos como contadores de historias, debemos considerarnos como los proveedores de información que el público puede usar para informarse.
Mejor ejemplo: situación de desastre
En su libro, Jarvis describe cómo los medios de comunicación no lograban servir bien a sus comunidades durante el Huracán Sandy, que acechó a Nueva York y Nueva Jersey en 2012. Jarvis, un residente del área, quería saber dónde comprar hielo, gasolina y alimentos; dónde estaban cerrados los puentes o túneles o carreteras; dónde se estaban reparando las líneas eléctricas, etc.
Pero lo que recibió, en lugar de ayuda, eran narrativas diseñadas para llenar tiempos específicos en la televisión o en la radio o en espacios de los medios impresos. Lo que él y sus vecinos querían eran listados constantemente actualizados de las necesidades de la comunidad en ese momento.
En lugar de hacer lo que hicieron, dice Jarvis, los medios tradicionales podrían haber usado herramientas como el servicio de Ushahidi, que permite que los usuarios manden textos mediante móviles con fotos e información de las condiciones locales en varias calles, notas en las se informe dónde la gente necesitaba ayuda etc., como se hizo en el terremoto de Haiti en 2010 (inglés).
En una base de datos de este tipo, los periodistas de Nueva York, con sus habilidades profesionales, podrían haber profundizado para encontrar temas relevantes, para verificar rumores y desechar la mala información.
Organizar los datos
El Texas Tribune es un medio digital que ha satisfecho la necesidad de organizar la información de su comunidad para que ésta, a su vez, se organice mejor a sí misma. Ha creado bases de datos de los salarios de los empleados del Estado, de la distribución del recurso escaso de agua y los donantes a las campañas electorales. Además, hay dinero en esto. Las bases de datos están entre las páginas más visitadas del sitio, lo que se manifiesta en el hecho de que se cobran tarifas publicitarias bastante caras -$US 13-15 por mil impresiones (p. 20 en este PDF-, mientras que otras formas de patrocinar el medio tienen precio fijo.
Como consumidor de los medios informativos, me parecen poco útiles las narrativas predecibles que a menudo se transmiten desde la ubicación de un desastre. He aquí la tragedia de una persona o una familia. He aquí la desgracia de otra.Pero, ¿son casos representativos? ¿Cuál es la situación más allá de esas particularidades? ¿Las autoridades saben lo que está ocurriendo? A menudo, no lo saben, y hay mejor información disponible en las redes sociales (el terremoto de Chile en 2010 es un buen ejemplo).
El libro de Jarvis ofrece más elaboración de su famoso dicho: “Haz lo que se te da bien, y enlaza al resto”. En su opinión, los medios de noticias están malgastando sus recursos en hacer exactamente lo mismo que todos los demás:
“Es poco sensato desperdiciar el tiempo al escribir el vigésimo quinto mejor relato de un acontecimiento, cuando no va a aparecer hasta la tercera página que ofrecen los buscadores y además es citado en muy pocos twits; lo mediocre y la repetición no rinden más, al menos no por mucho tiempo….El enlace nos hace repensar la cultura de la primicia informativa: la creencia de que ser el primero siempre vale la pena. Ahora la vida de una primicia dura el tiempo requerido para hacer clic….Una verdadera primicia, algo que vale el uso de nuestros recursos preciosos, es una investigación que revela novedades o es una percepción de un periodista que conoce y utiliza su fuente mejor que nadie”.
Conocer a la comunidad
Jarvis explora las posibilidades de nuevas formas de periodismo y nuevos modelos de negocio. Pero la clave de todo es conocer a la comunidad a la que se sirve. Hay que conocer bien a los usuarios: dónde viven y trabajan, sus pasiones y hobby, sus hábitos de viajar, sus preferencias en libros y películas etc.
Este tipo de conocimiento granular es la base del negocio de la web, que explica por qué Google y Facebook han logrado monopolizar el tráfico y la publicidad en el mundo digital.
Jarvis dice que los periodistas necesitan superar su miedo de las métricas de tráfico (no sirven solamente para complacer a la audiencia sino para entenderla) y la parte comercial de un medio (el mercadeo ayuda a crecer la audiencia y los patrocinadores sirven para pagar salarios dignos además de permitirles trabajar con buenos equipos).
El profesor de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) ofrece esta anécdota notable de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. Un ejecutivo de un medio informativo le preguntó en un seminario cómo crear una comunidad. Zuckerberg replicó, “Ustedes no crean comunidades. Las comunidades ya existen. Ellas ya hacen lo que quieren. La cuestión para ustedes es, ‘¿Cómo podemos ayudarles a hacer mejor lo que quieren hacer?”
Al agregar nuevas habilidades y nuevos conocimientos de sus comunidades a las tradicionales habilidades periodísticas, los medios de comunicación pueden ser una fuerza en el futuro de la comunicación digital, cree Jarvis. Al hacerlo, pueden mejorar sus comunidades y crear una democracia más fuerte.
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