Las revistas científicas se enfrentan a nuevos ‘enemigos’


Acceso abierto, ‘megajournals’ y menores subsidios amenazan su viabilidad

El crecimiento explosivo de la investigación científica y la necesidad de los investigadores de publicar sus hallazgos han contribuido a una crisis en el ecosistema de editores científicos.

Este fue el tema debatido durante una mesa redonda en línea auspiciado por el CRECS (Conferencia internacional de revistas de ciencias sociales y humanidades), moderado por Rafael Repiso, profesor de la Universidad Internacional de la Rioja en España (enlace al vídeo aquí).

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Repiso mencionó en su introducción que el tema de la sostenibilidad de las revistas no ha recibido mucha atención ni investigación. Su modelo durante décadas antes de la revolución digital era generalmente recibir subsidios de las universidades o de los grupos de investigación.

Los cuatro participantes en la sesión representaron puntos de vista distintos sobre los nuevos modelos para difundir el conocimiento científico, desde el lucrativo hasta el gratuito. Según todos ellos, la digitalización de los procesos de la publicación lo ha cambiado todo.

Los participantes:

  • Tomàs Baiget, editor de El Profesional de la información, España 
  • Juan Aréchaga, editor de International Journal of Developmental Biology, España
  • María Boixadera, coordinadora de servicios editoriales, Universitat Oberta de Catalunya (UOC), España
  • Silvio R. Waisbord, profesor, George Washington University, Estados Unidos, ex-editor de Journal of Communication y International Journal of Press/Politics
Con el declive de las suscripciones, la revista cobra a los autores para publicar (APC, “article processing or publishing charge”).

Baiget, editor de El Profesional de la información, abrió la discusión con su listado de los “enemigos” de las revistas pequeñas, independientes y especializadas como suya. Primero, las universidades, con sus propios problemas presupuestarios, han reducido el número de suscripciones que compran para las bibliotecas, o están compartiendo suscripciones entre sí.

Los enemigos de revistas como el Profesional de la Información son las grandes editoriales que tienen capacidad para realizar acuerdos nacionales con gobiernos y universidades; y otro enemigo incipiente son las revistas “megajournals”, que en volumen una sóla puede llegar a compararse a cientos de revistas, publicando en dos órdenes de magnitud por encima de lo habitual, hasta 40.000 artículos al año. En ese sistema, una revista como la de Baiget se queda fuera del negocio.

El número de suscriptores al Profesional de la Información cayó desde 600 en 2012 hasta poco más de 100 en 2021. Por todo esto, en 2015 Baiget comenzó a cobrar a los autores por publicar sus artículos (APC, “article processing/publishing charge”). Un factor importante es que los costes (véase el gráfico arriba) han subido por el aumento importante de artículos entregados, lo que exige más trabajo para mantener el nivel de calidad. Su revista está indexada en Scopus y Web of Science.

Además, Baiget está experimentando con un nuevo producto para la publicación rápida de artículos que se llama “Open Access Express”. Sus características:

  • Publicación rápida de artículos de hasta 8.000 palabras sin bibliografía
  • En acceso abierto
  • En inglés y castellano, con traducción incluida en el precio
  • Respuesta de pre-acceptación o rechazo antes de 7 días
  • Evaluación por pares en doble anonimato en menos de 4 semanas
  • Precio de 2.207 €, IVA incluido

En 10 meses han recibido nueve artículos de los que han rechazado seis.

Todo gratuito

Otra historia con un modelo distinto relató María Boixadera de la Universitat Oberta de Catalunya, cuya misión es compartir todo el conocimiento libremente para mejorar la sociedad. La universidad considera este gasto esencial como parte de su misión.

El subsidio universitario para las revistas científicas ha variado, dependiendo del apoyo financiero proveniente de los afiliados o patrocinadores así como los costes relacionados con las publicaciones. En 2020, la UOC contribuyó para esta actividad 120.000 €.

En el gráfico se ve que el subsidio de las publicaciones ha variado desde 63.000 € en 2010 hasta los 120.000 € de 2020. Los gastos e ingresos oscilaban porque a veces se crean o se cierran revistas. Además, coeditan o esponsorizan también otras revistas externas, según Boixadera.

El “objetivo común” de esta editorial es de transferir conocimiento en revistas académicas digitales con artículos de investigación de referencia con impacto internacional. Para hacerlo de manera económicamente sostenible, y con los estándares más altos, colaboran “con las instituciones más relevantes en cada ámbito de conocimiento”.

Las editoriales que ganan

Silvio R. Waisbord no ha tenido que preocuparse tanto por los presupuestos como los otros editores del pánel. De 2008 a 2014, fue editor de International Journal of Press/Politics, propiedad de Sage Publishing, una casa editorial con ánimo de lucro. Sage se encargaba de casi todos los costes, salvo un asistente pagado por la universidad.

El profesor de George Washington University tenía una situación similar cuando era editor de Journal of Communication, propiedad de la International Association of Communication (ICA), una organización sin ánimo de lucro. ICA tiene un acuerdo con Oxford University Press, que publica el Journal y se encarga de todos los aspectos comerciales.

Waisbord se hizo eco de otros miembros del pánel con su observación de que la creciente necesidad de publicar por los investigadores, ligada al cada vez más poblado ecosistema de revistas, deja menos posibilidades para revistas nuevas o especializadas, como las de América Latina.

La importancia del copyright

Juan Aréchaga, editor de International Journal of Developmental Biology, publicado en inglés por la Universidad del País Vasco, denunció la piratería rampante en el mundo digital así como la proliferación de revistas digitales de poco valor. “Publican estupideces” que dañan la credibilidad de los investigadores serios.

Aréchaga subrayó la importancia de los derechos de publicación, el copyright, para publicaciones como suya. Su publicación recibe pagos de casas editoriales como Wylie o Elsevier, que desean incluir los artículos de la revista en su oferta de contenidos.

¿Pagar por publicar o por leer?

El moderador, Rafael Repiso

Repiso, el moderador, intervino para observar que el debate podría reducirse a esta cuestión de quién debe pagar por el alto coste de la investigación. (Es una cuestión muy similar en el mundo periodístico: ¿quién paga por la información de calidad?)

“Hay gente que compra libros y hay gente que lee en la biblioteca”, Repiso observó. “El tema de la posesión es importante para ciertas personas”.

Baiget opinó que los que se benefician más de la publicación deben pagar: los autores o las instituciones que reciben fondos para la investigación. En ambos casos, la publicación aumenta sus reputaciones. Boixadera, de la UOC, argumentó que el principal y último beneficiario debe ser la sociedad. Por eso las universidades tienen la responsibilidad de desarrollar modelos sostenibles para compartir este conocimiento.