Lo que significa el disparate del ‘contendio distribuido’


El siguiente es un extracto del capítulo de un libro sobre los medios digitales que se publicará en breve.

Entre los muchos acontecimentos significativos que sucedieron en los medios informativos digitales en 2015 cabe destacar la emergente práctica de la creación, la distribución y la monetización de la información hecha pública en forma de “contenido distribuido”, o distributed content.

Emily Bell: “FB devora el mundo”

Explicada en términos más sencillos, esta práctica consiste en que los medios informativos entregan a las plataformas como Facebook sus contenidos sin enlaces para que los usuarios de móviles no necesiten esperar la descarga -que suele durar entre 5 y 10 segundos, una eternidad para los usarios impacientes.

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Snapchat fue la primera plataforma en reclamar este nuevo territorio de competencia global con su canal Discover en enero de 2015. Facebook le siguió con sus “Instant Articles”, o artículos al instante, en junio de ese mismo año y otras plataformas se unieron a esa práctica rápidamente.

Sus motivaciones eran al menos tres, según Josh Constine de Tech Crunch. Querían evitar que los usuarios abandonaran el enlace a un artículo informativo –y posiblemente a la aplicación- por el retraso en cargarlo; querían atrapar a los usuarios en sus propios jardines vallados para que no se fueran a otros sitios o plataformas; y, finalmente, querían aprovechar la atención de esta audiencia para enviarle más anuncios personalizados, adaptados a sus gustos, preferencias y tendencias.

 
La estampida de los medios

En un par de años, la migración de los usuarios a los móviles y las aplicaciones ha cambiado radicalmente el balance del poder entre los medios de comunicación y las plataformas que distribuyen sus contenidos. Lo que anteriormente era un proceso paulatino de pérdida de audiencia e ingresos a favor de las plataformas como Google y Facebook se ha acelerado a un ritmo impresionante. En la actualidad, los usuarios de Facebook pasan 50 minutos al día, o 25 horas al mes, en esta aplicación. 

El estreno de Discover de Snapchat e Instant Articles de Facebook provocó una estampida de otras plataformas hacia el lanzamiento o la ampliación de ofertas con objetivos similares, es decir, hacia la atracción del contenido de los medios de comunicación y la posterior fidelización de las audiencias en sus propias aplicaciones con el fin de monetizarlas.

Los medios informativos, debilitados por la pérdida cada vez más acelerada de usuarios y anunciantes, se dieron cuenta del creciente porcentaje del tráfico a sus sitios debido a Facebook, Google, Snapchat, Instagram, Apple y otros intermediarios (Vea Farhad Manjoo de New York Times y Adam Fraser de Echo Junction). Por eso, muchos editores aceptaron la idea de lograr mayor difusión de sus contenidos o una mayor cuota de los ingresos de la publicidad que venían de las plataformas. La lógica era, “si no puedes vencerlas, únete a ellas”.

Al optar por las plataformas, los medios informativos generaron un intenso debate entre los observadores de la industria -por ejemplo, Emily Bell, “Facebook está comiendo el mundo” (inglés)-, que mostraron su preocupación por el impacto de esta tendencia en la tradicional función del periodismo en las sociedades democráticas y liberales. Los críticos advertían que, en adoptando esta estrategia, los medios se convertirían en meros sindicadores de contenidos al servicio de las plataformas.

Mathew Ingram de Fortune expresó su preocupación que las grandes marcas en el periodismo pudieran perder su identidad e importancia si adoptaban Instant Articles de Facebook:

Mathew Ingram: Tendencia preocupante

“Lo que la red social ofrece sin duda va a ayudar a los editores que apuestan por ella (y eso, por extensión, creará un incentivo para otros editores). El riesgo es, primero, que este programa va a ayudar más a Facebook, y segundo, que Facebook –una empresa con fines de lucro que no ha mostrado ninguna evidencia de que entienda o le importe el periodismo per se– se transformará en la fuente confiable de noticias para millones de usuarios, suplantando el papel de las publicaciones que producen el contenido”.

Para algunos, el crecimiento del número de editores que aprovechaban el contenido distribuido significaba que las plataformas y las redes sociales, especialmente Facebook, con sus 1.600 millones de usuarios, y Google, con su casi-monopolio del servicio de búsqueda, estaban creando un nuevo monopolio del discurso público y del flujo de información. Para otros, significaba que los editores estaban perdiendo su transcendental rol social como el Cuarto Poder, como perro guardián que representa los interéses del público y no los intereses de los políticos, los empresarios u otros movimientos sociales. 

En un comentario sobre la migración de la audiencia digital a los móviles y las aplicaciones, Nilay Patel, director editorial de The Verge, describió cómo en el mundo móvil, Google, Facebook y Apple se han posicionado para fortalecer sus monopolios publicitarios. En su opinión, estas empresas dominan la tecnología de la publicidad personalizada tan abrumadoramente que los pequeños editores independientes no tienen la posibilidad de competir y sostenerse.

Patel destacaba el cierre de GigaOm y The Dissolve, así como las dificultades de The Awl, como evidencia de un futuro cada vez más monopolizado por las plataformas y con menos espacio para las voces de publicaciones independientes.

¿Dónde están los perros guardianes?

Posiblemente esta impresionante migración al contenido distribuido sea la última etapa en la evolución de los medios de comunicación desde su rol de líderes en el discurso público hasta su papel como meros proveedores de información, dependientes de las plataformas tecnológicas. Han pasado de competir con esas plataformas para obtener usuarios, anunciantes, publicidad e influencia a convertirse en suministradores de contenidos, unos socios más -y ni siquiera los más relevantes- de  los gigantes de Internet.

¿Qué instituciones van a representar el público frente a los poderes existentes en el comercio, la política y los medios? ¿Qué medios van a actuar como perros guardianes? Todos estamos ajustándonos a la nueva dinámica en el mundo de los medios. Las plataformas parecen renuentes a  aceptar que se han transformado en editores, con una responsabilidad de servicio público que va más allá de satisfacer las necesidades y las exigencias de sus accionistas.

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