Los científicos luchan por la credibilidad en internet


Los periodistas no son los únicos que reciben ataques de los usuarios digitales que cuestionan su credibilidad. Los científicos también deben lidiar con los bulos y las teorías de conspiración divulgadas por los ignorantes y los maliciosos.

Cuando la ciencia entra en la esfera de la política, el comercio o la religión, comienza la batalla.

En línea, la ciencia compite con los bulos.

En el siglo XVII, la Iglesia Católica condenó al astrónomo Galileo por declarar que la Tierra no era el centro del universo sino que giraba alrededor del Sol.

Mucho más reciente, la industria tabacalera durante décadas desacreditaba a los científicos y la investigación que mostraban la conexión entre el fumar y el cáncer. Ya en nuestros días, la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) ha usado las contribuciones a las campañas de los congresistas para convencerles de que no se recaben y publiquen datos sobre el número de personas asesinadas o lesionadas por las armas de fuego.

Y sólo por citar un caso más, la revista New Republic recientemente reveló cómo los líderes de la Agencia para la Protección del Medioambiente (EPA por sus siglas en inglés) están adoptando políticas que desacreditan las evidencias científicas sobre la contaminación del aire, evidencias que gustan muy poco a las industrias del carbón y del petróleo.

El cambio climático y las vacunas

Hoy día las redes sociales representan un importante campo de batalla para la credibilidad científica, aunque los mismos científicos aparentemente no se dan cuenta de ello. El formato popular del vídeo en línea desafía a los científicos, especialmente en los temas controvertidos como el cambio climático y las vacunas. Esto es lo que muestran las numerosas investigaciones que se analizan en la obra editada por Bienvenido León (un profesor y colega mío en la Universidad de Navarra) y Michael Bourk titulada “Comunicando la ciencia y la tecnología mediante el vídeo en línea: investigando un nuevo fenómeno mediático” (Communicating science and technology through online video: researching a new media phenomenon), (Routledge, New York, 2018, 140 pp.).


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Mientras estos investigadores a menudo encuentran mucha ciencia de alta calidad en los vídeos, al mismo tiempo describen como los activistas y los charlatanes han conseguido audiencias importantes con sus trabajos. En el capítulo del libro “Cuando la ciencia se pone controvertida”, los investigadores estudian cómo los grupos de presión, los cabilderos o los usuarios normales se han movilizado por el combate sobre los asuntos del cambio climático y las vacunas.

Resulta que el sensacionalismo y la desinformación, especialmente el contenido que fomenta el temor y la ansiedad, atraen a grandes audiencias. Muchas veces, los voceros del miedo logran audiencias mayores que las instituciones respetadas -universidades, fundaciones, ONG- que producen los estudios científicos de calidad. Y es que los científicos se aferran a los hechos, lo que en internet no genera el tipo de “enganche” (engagement) premiado por los algoritmos de las redes sociales.

Los periodistas, parte del problema

Los periodistas que siguen el modelo tradicional de presentar una controversia de manera imparcial  frecuentemente dan la misma importancia a ambos lados de los debates a pesar de que uno de ellos no tenga ninguna prueba científica, como es el caso de quienes sostienen que las vacunas causan el autismo, a pesar de las evidencias científicas en contra. De hecho, a menudo sucede -como señalan los autores- que “los intentos de corregir la desinformación suelen esparcir las creencias falsas aún más”.

El sensacionalismo en el periodismo y en la ciencia genera más tráfico a los sitios y, por eso, más ingresos de la publicidad, así que, a corto plazo, puede ser un negocio muy rentable. Por eso, los científicos necesitan hacer más para promocionar el valor de su trabajo para captar la atención del público.

La ciencia colectiva

Bienvenido León

Bienvenido León, uno de los autores del libro comentado, ha puesto en marcha una investigación sobre la contaminación del aire en la ciudad de Pamplona (España), proyecto en el que participan varios cientos de voluntarios que circulan por la ciudad en sus bicicletas con dispositivos sensibles que recolectan pruebas del estado del aire para analizar las partículas y los niveles de contaminación.

El proyecto, llamado Life + Respira, hace que los ciudadanos normales se acerquen a la realidad de los métodos científicos -el diseño del estudio, la calibración de los dispositivos, el análisis de los datos y la publicación de ellos. El proyecto también involucraba a cientos de alumnos de los colegios de la ciudad, quienes desarrollaban sus propias observaciones y experimentos sobre este tema.

Este tipo de ciencia interactiva y colectiva, conducida con un alto nivel de rigor, encaja bien en el modelo interactivo de internet, que aprovecha el poder del conocimiento compartido y colectivo. Al mismo tiempo, este tipo de iniciativas puede aumentar el respeto por la profesión y sensibilizar a las audiencias sobre la importancia de valorar la ciencia rigurosa.

Respondiendo al desafío

Otro ejemplo innovador de una publicación que aboga por la revalorización pública de la profesión científica es la revista digital Perspective Daily, fundada por dos científicos alemanes que consideran que la ciencia hecha pública en los titulares de los medios sólo describe los hallazgos relacionados con problemas y no con las soluciones.

Perspective Daily aboga por un “periodismo constructivo” que, a partir del reconocimiento de retos y desafíos como a la contaminación del aire y el agua, proporcionar enlaces a estudios científicos, generalmente ignorados, que trabajan sobre el avance de potenciales soluciones. La publicación, en alemán, tiene más de 13.000 “miembros” que pagan 60 euros al año.

A modo de ejemplo, en un artículo reciente,  “What to do if the rain stops” (Qué hacer si se acaba la lluvia) se explicaban las estrategias preventativas adoptadas por los granjeros de una región importante de la República de Sudáfrica que padecía ese problema. La idea de Perspective Daily es combatir la mala ciencia y las malas noticias con la buena ciencia y las buenas noticias.

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