SAN JUAN, Puerto Rico — Estados Unidos ha sido el mercado más grande del mundo para casi todo, incluso para las drogas ilegales, y eso crea grandes problemas para sus vecinos.
Carla Minet |
Fluye tanto dinero desde el norte hacia México, el Caribe y América del Sur que socava la integridad de los gobiernos, los tribunales, la policía, las fuerzas armadas, los reguladores y otras instituciones que ya, de por sí, suelen ser frágiles.
El resultado es que algunos de estos países -se pliegan a los caprichos del crimen organizado en lugar de velar por el interés público. Las organizaciones criminales se han globalizado, y los periodistas investigativos necesitan hacer lo mismo para desvelar la corrupción y servir mejor a sus comunidades.
Esos temas permearon las conversaciones entre los periodistas de 17 países que participaron en El primer encuentro caribeño de periodistas investigativos en San Juan, Puerto Rico, del 4 al 6 de noviembre. La colaboración de los periodistas y los medios podría actuar como contrapeso al poder del crimen organizado, de acuerdo a Carla Minet, directora ejecutiva del anfitrión del encuentro, el Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico. Los patrocinadores del evento incluyeron la Ford Foundation y la Open Society Foundation.
David Kaplan, Global Investigative Journalism Network |
“Ha habido un reconocimiento global de la importancia del periodismo de “perro guardián”: es importante para la democracia, es importante para el desarrollo económico, es importante para el estado de derecho y la sociedad civil”, me comentó David E. Kaplan, director ejecutivo de la Global Investigative Journalism Network, en una entrevista.
Además de los medios de comunicación, muchas organizaciones multilaterales como el Banco Mundial y Unesco han destacado la importancia del periodismo de investigación, que exige una rendición de cuentas a los poderes existentes, declaró Kaplan. Mencionó una encuesta que Transparencia Internacional hizo a 3.000 empresarios en 30 países que calificaron al periodismo de investigación como la mejor de seis herramientas para combatir la corrupción.
La organización de Kaplan actualmente incluye a 118 miembros, todas ellas organizaciones sin fines de lucro, en 54 países. El número de miembros se ha duplicado en tres años y medio. Kaplan ve a los periodistas como “la policía que patrulla el barrio” de la sociedad civil, y cuyo objetivo es verificar independientemente los asuntos de la corrupción. “En la mayoría de las sociedades no hay buenos mecanismos para monitorear las normas éticas, sociales y legales por parte de las autoridades”, dijo. (Kaplan recomienda ver el vídeo anexo como evidencia del impacto positivo del periodismo de investigación.)
En su intervención en el encuentro, Kaplan animó a los periodistas: “No están solos. Las fronteras nacionales no más forman los límites de sus historias. Hoy en día su comida, los juguetes de sus hijos, los medicamentos que toman por la noche -todo proviene de otros países. Para seguir temas relacionados con las drogas y el contrabando, o con la inmigración y los movimientos del dinero tienen que mantener contactos en otros países”. Asimismo, ofreció a los periodistas el respaldo de su organización, qu incluye la oferta de becas y subvenciones, manuales, guías sobre periodismo de datos y modelos de crowdfunding.
Marina Walker: “radical sharing”. Photo: Taller de Fotoperiodismo |
Marina Walker, vice directora del International Consortium of Investigative Journalists, describió para los participantes en el encuentro una investigación transfronteriza –Swiss Leaks– que involucró a 175 reporteros de 56 países, quienes produjeron más de 400 artículos publicados en 65 medios de comunicación. La investigación desveló como un banco en Suiza, HSBC, facilitaba el encubrimiento de las actividades ilegales de algunos de sus clientes.
Para lograr el éxito de Swiss Leaks, relató, los periodistas involucrados tuvieron que cambiar su cultura de lobos esteparios y colaborar de una forma que ella describió como un “compartir radical”. Todos intercambiaron información como colegas en vez de actuar como competidores con el fin de realizar una historia mucho más grande de la que surgiría de su actuación en solitario.
El encuentro de tres días acabó con una sesión de varias horas en la que los participantes plantearon una colaboración en ciertas historias, a corto y largo plazo.
Mientras que es alentador ver cómo se reconoce el valor del periodismo investigativo en varios sectores de la sociedad, uno se pregunta si el público en general comparte este punto de vista. Los consumidores de las noticias frecuentemente ven las investigaciones periodísticas como intrusiones en la vida privada de los políticos y sus familias.
El gráfico de arriba, tomado de la sección “Confianza en las Noticias” (Trust in the News, inglés) de Reuters Institute Digital News Report 2015, muestra que en siete países desarrollados más de la mitad de los encuestados no tiene confianza en las noticias en general. Los comentarios verbales de los encuestados demostraron que creen que los medios de comunicación inventan historias cuando son útiles para los intereses políticos del medio.
Este tipo de actitud negativa se vuelve problemática cuando las organizaciones periodísticas buscan apoyo financiero. Al fin y al cabo, los donantes y los funcionarios de las ONG también son consumidores de noticias. Kaplan me comentó en un email, “mientras que la frustración del público con los medios informativos es bastante alta por varias razones (tales como el sensacionalismo y la prensa rosa) lo cierto es que el apoyo al periodismo de investigación sigue siendo fuerte. La gente quiere saber lo que realmente está ocurriendo en sus sociedades. Quieren saber lo que ocurre tras las bambalinas”.
Mi intervención en el encuentro caribeño de periodistas investigativos se plasmó en las conferencias 8 prácticas de los periodistas emprendedores exitosos y 5 malas palabras que los periodistas deben decir sin ruborizarse. (Una alumna me entrevistó sobre su contenido.)
Al final del evento, después de escuchar a tantos periodistas de la región que describieron cómo el flujo de dinero del crimen organizando ha corrompido sus instituciones nacionales, me sentí un tanto culpable. Estados Unidos tiene una larga historia de influencia negativa en los países de América Latina. Hemos respaldado a una serie de dictadores despiadados, hemos derrocado a presidentes elegidos democráticamente, hemos invadido países caprichosamente, etc.
Y todo eso me recordó un dicho atribuido a Porfirio Díaz, quien era presidente de México desde 1876 a 1911: “Pobre México: tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos”. Sonó verdadero hace un siglo y suena verdadero hoy en día también.
Related:
Un periodista digital tiene que pensar como un capitalista
Un puñado de periodistas sacude el Congreso mexicano
Un periodista despedido lanza un servicio de visualización de datos
‘Las comunidades son más importantes que los medios informativos’ – J.L. Orihuela
Jeff Jarvis y dónde encontrar una gasolinera abierta
Jot Down y El País: matrimonio de conveniencia
Cómo los sitios de noticias obtienen una audiencia fiel