Satirista español nos aconseja, “No montes una escuela de toreo en Londres”


Eduardo Galán, “El Imperator” de Revista Mongolia

BURGOS, España — Eduardo Galán encarna varias contradicciones. Tiene doctorado en psicología, pero en la psicología del mercadeo.

Tiene experiencia en el mercadeo “online” y habla con seriedad sobre modelos de negocio para promocionar un producto mediático.

(English version)

A la vez tiene el espíritu jugetón de un adolescente que se divierte ridiculizando las hipocresías de la clase política, empresarial y religiosa de España. Es lo que hace en la revista satírica mensual Revista Mongolia.

En el escenario del iRedes V Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales él entretuvo a la audiencia de varias centenas con bromas atrevidas y apartes humorísticos. Pero en una entrevista conmigo después, sonaba como cualquier ejecutivo que lucha por ganar alguna plata en medio de una competencia feroz. 


Rentable, sin deuda

Galán dijo que el 70% de los ingresos de la publicación son generados de la revista y el 30% de otras fuentes, incluso un espectáculo cómico, “Mongolia, El Musical”, así como la venta de libros, camisetas y otros artículos en su tienda online. En Gijón, se vendieron 700 entradas al musical y la semana siguiente en Barcelona, se agotaron los billetes para un teatro con capacidad para 500 personas.

“Entonces, esta locura, que pensaba que duraba tres meses, porque nuestra lengua es muy dura, muy agresiva, ha durado tres años”, dijo Galán.

Entre los fundadores se encuentran al abogado Gonzalo Boye, que es el editor, Galán, cuyo cargo se describe en la publicación como “Imperator”, así como dos periodistas del diario El Público, que cerró la cortina a principios de 2012.

El capital inicial fue de 50.000 euros. Los fundadores trabajaban por seis meses sin salario con el fin de convertirse accionistas mayoritarios de la empresa. Hay otros inversores minoritarios que contribuyeron con caja. La empresa nunca ha llevado ninguna deuda, lo que es importante para mantener la independencia, Galán dijo.

Mongolia generó ingresos en 2014 de entre 300.000 y 400.000 euros, según estimaciones de Galán. “Los accionistas no han perdido su dinero. No vamos a hacernos ricos. Los beneficios son mínimos, ridículos, pero nos dieron beneficios”. Los 3.500 suscriptores que pagan 32 euros al año son la base que mantiene a la empresa a flote.

A pesar de tener una frecuencia mensual, Mongolia tiene noticias actualizadas en su sitio web y una presencia significativa en las redes sociales con 230,000 seguidores en Twitter183,000 likes en Facebook y 1,190 suscriptores a su canal en YouTube.

Otras cifras relevantes:

  • cada edición contiene 40 páginas tabloide en papel prensa y cuenta con tiraje de 40.000 ejemplares que son distribuidos a nivel nacional
  • 15.000-20.000 ejemplares vendidos por mes en quioscos, a 3 euros cado uno (menos la comisión del distribuidor)
  • La publicidad es casi cero; el contenido es demasiado controversial
  • 2 empleados a tiempo completo para manejar la venta y renovación de las suscripciones
  • 6 fundadores que cobran un salario, 4 de ellos a tiempo completo
  • 30 colaboradores, escritores y caricaturistas que cobran por encargo

Boye es conocido por sus actividades a favor de los derechos humanos y dedica un cuarto de su tiempo a los satiristas de Mongolia. “Nos ha hecho una mano para que no nos metan en la cárcel”, dice Galán, riéndose, un poco en broma y un poco en serio.

La publicación tiene sus fans

  • “Mongolia destripa los mitos, posturas y privilegios cimentados durante la Transición Española”, opinó el New York Times.
  • El Guardian de Inglaterra lo equiparó a uno suyo: “La versión española de Private Eye se burla de los corruptos, los poderosos y la prensa”.
  • En 2013, el Club Internacional de Prensa de España honró al co-fundador de Mongolia Pere Rusiñol por “su defensa de valores humanos y la libertad de expresión”.

Y sus críticos…

En mayo de 2013, cuando la Infanta Cristina, hija del entonces Rey Juan Carlos I, era imputada en un fraude por el que su esposo había sido el implicado, la portada de Mongolia publicó un juego de palabras visual y verbal que parecía llamarle a ella una hija de puta.

Solo cuando se desdoblaba la revista para ver la portada y contraportada juntas, se podía leer: HIJA DE los reyes de españa imPUTAda).

El diario 20minutos escribió, “La portada para unos es bazofia y para otros es libertad de prensa”. Algunos comentaristas predijeron que ese número de Mongolia fuese el último. Dos años más tarde, la revista sigue ridiculizando a los poderosos.

En una encuesta informal de periodistas, profesores y alumnos, encontré muchos que piensan que la revista es graciosa en parte pero frecuentement de mal gusto.

Una audiencia dedicada

Desde el punto de vista comercial, Galán sabe que Mongolia no es apetecible para todos. “No vamos a tener un publico generalísimo. Creo que podemos tener un público que nos sostenga económicamente y para nosotros el objetivo es dar trabajo a tantos periodistas, a tantos cómicos que ahora están pasando mal”. Además de la crisis económica que España padece, el sector de los medios ha sufrido miles de despidos por la migración de la audiencia y los anunciantes a Internet. 

Hoy día es el momento para la sátira, cree Galán. “En la buena época, en la época de la burbuja inmobiliaria – 2005, 2004, 2003 – la sátira en España casi desapareció. Porque la sátira, al final, lo que haces es hacer daño. Y cuando las cosas van bien en una sociedad, no quieres a nadie que te diga  ‘esto va a estallar’ “.

“España empieza a estar abierta a lo que es la libertad de expresión, que consiste en que hay gente que te ofende”.

Jugetón pero exigente

Galán suena como un conservador cuando habla del oficio del humor y la sátira:

“Ten claro tu oficio. El humor es un oficio de la lingüística. Es colocar las palabras y los temas de una forma en la que te rías o en nuestro caso que pienses. En nuestro oficio, tienes que leer mucho. Tienes que leer a Mark Twain, tienes que leer a Quevedo, tienes que leer los clásicos para entender tu oficio. El humor es un oficio, el periodismo es un oficio y hay que respetarlo”.

Otras lecturas asignadas por el profesor del humor son las revistas satíricas Le Canard Enchaîné y Charlie Hebdo de Francia, The Clinic de Chile, Barcelona de Argentina, Mad de EE.UU. y Private Eye de Gran Bretaña. Galán es fan de la comedia standup de EE.UU. y los programas “The Daily Show” con Jon Stewart y “Real Time with Bill Maher”.

Espacio para más medios

En la mesa redonda en iRedes sobre los emprendimientos periodísticos, hablamos de los desafíos, las dificultades y los obstáculos que los emprendedores tienen que superar.

Pero en nuestra entrevista, Galán quería comunicar otro mensaje:

“Quienquiera que tenga una buena idea, quiero animaros. Y no tengáis miedo del fracaso. Hazlo si sabes lo que vas a hacer. Ten claro el modelo de negocio. Ten claro el mercado en el que te mueves. No montes una escuela de toreo en Londres. Sé responsable”.

“La idea es que un emprendedor es alguien que se equivoca. Pero no se equivoca a un nivel pequeño como mandar un mensaje equivocado, no. Que se equivoca con un proyecto y que se equivoca en serio. Yo creo que eso es bueno. Porque cuando pusiste mucha pasión en algo y no sale por lo que sea, al final aprendes”.

Texto editado por Maite Fernández, directora de comunicación del Centro Internacional para Periodistas, ICFJ.org.

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