Jesús Erro ha operado un quiosco por 24 años. Hoy por hoy, el negocio está en declive. |
PAMPLONA – Como muchos jóvenes, Jesús Erro quería alguna aventura en su vida. A los 15 años, se fue a Inglaterra para trabajar y estudiar inglés.
Hacía lo típico de los inmigrantes españoles -limpieza en los hoteles y otros trabajos meniales. Regresó a Navarra, trabajó como tornero por un tiempo, después se volvió a Inglaterra por otra temporada, y finalmente volvió a casa y se puso a trabajar en una fábrica.
Tras algunos años en la fábrica, se produjo un despido de trabajadores y se quedó en la calle, con una indemnificación. Como siempre le había gustado leer, Jesús Erro buscó cómo invertir ese dinero en algo relacionado con los libros, y decidió comprar una pequeña tienda que vendía libros y prensa. De eso ya hace 24 años.
Lucha por sobrevivir
Hace unos días, Jesús, que en la actualidad tiene 56 años, charló conmigo sobre su negocio, y sobre los grandes cambios que se han producido en el mundo de la prensa y de los libros en el tiempo que lleva frente a la tienda. Irónicamente, explica, pese a su interés inicial por los libros, hoy la realidad es muy distinta: “Vendemos un poco de todo, un poco de aquí peso a su afán original por libros, “La realidad hoy es distinta. Ofrecemos un poco de todo, de allí de allá, un poco de allá, todo menos libros”.
“Para este sector, para estas tiendas pequeñitas, es muy difícil de sobrevivir, muy difícil.
Hace años cuando había cierta alegría económica, todo era honesto, más o menos. Nunca ha sido una actividad para sacar un gran sueldo, pero sí para tener un sueldo digno. Pero todo esto que ha venido -internet, la crisis y tal- pfff . . . Vivimos para sacarte un sueldo de supervivencia en tiendas así.”
Por la disrupción digital, su Librería Papeleria Caprichos, ubicada en la Plaza los Tilos en Barañain, hoy día ofrece juguetes, fascículas, papelería, revistas, prensa y hasta pan. La mitad de los clientes que entraron el establecimiento mientras estuve allí compraron pan y algún periódico. La prensa siempre ha representado alrededor de tres cuartos de los ingresos.
Pan y periódicos
Lo del pan puede parecer un tanto extraño en una librería, admitía Erro. Empezó a venderlo hace nueve años como respuesta a la competencia, y a la necesidad de vender más. “No es algo lógico, y menos desde mi punto de vista, pero cuando comenzaron a abrir cafeterías alrededor, todos vendían la prensa”.
Durante la primera década de la tienda, el negocio de la venta de periódicos iba muy bien, comentó Erro. Pero a partir de 2008, con el impacto creciente de Internet en la prensa impresa, junto a la crisis económica, se notó un gran cambio.
En los años buenos, los domingos vendía hasta 70 ejemplares de El País, por ejemplo. Ahora, justamente unos15. De los periódicos locales, El Diario de Navarra y Noticias de Navarra, Jesús estima que hoy se vende un tercio de lo que vendían en los años buenos.
Cifras camufladas
“Creo que camuflan un poco con las cifras de las ventas que ellos publican. Porque les interesa para que metan la publicidad. Realmente venden bastante menos que lo que dicen, creo”.
Erro está casado. Su esposa es funcionaria en el gobierno de Navarra. Ellos tienen un hijo de 14 años que se interesa mucho en los astronautos y los viajes espaciales. Su padre no va a sugerir que el hijo lo siga en el negocio.
El quiosquero trabaja solo. Abre la tienda a las 7 de la mañana cada día y cierra a la una. Al reflexionar sobre su trayectoria personal y profesional, dijo, “Lo de la prensa y los libros, que me motivó a empezar en este negocio . . . al final eso va a la baja”. Preguntando por si tiene planes de vender la tienda. “Sinceramente, si pudiese, me dedicaría a otra cosa. Estoy ya cansado”.
Abajo, la entrevista en video, con subtítulos en inglés.
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