El novelista apuesta por una prensa con diversidad de voces
Mario Vargas Llosa, el Nobel de la literatura, acaba de publicar una novela histórica, Tiempos recios, cuya trama se basa en el golpe de estado en Guatemala en 1954 dirigido por la CIA.
Para el novelista, la trama tiene mucho que ver con el estado de los medios de comunicación actuales y el ambiente de confusión entre información y desinformación en Internet.
En una entrevista publicada en El País, declaró que, detrás de la conspiración, en la ficción y en la realidad, queda el nombre de un publicista, Edward L. Bernays, “el titiritero genial”, cuya tesis fue que “la publicidad va a prevalecer sobre la verdad”.
De hecho, una campaña progagandística orquestada por Bernays, cuenta Vargas Llosa en su libro, convenció “a la élite de Boston de que los intereses de la United Fruit eran los de Estados Unidos y que la recién inaugurada democracia de Guatemala los ponía en peligro por su dependencia del Kremlin”.
El entrevistador del Nobel, Jesús Ceberio, ex-director de El País, comentó que visto lo visto, y teniendo en cuenta lo que sucede hoy en la opinión pública, Bernays acertó entonces y puede acertar hoy.
A lo que responde Vargas Llosa: “Es muy difícil hoy saber cuál es la verdad, precisamente por esa revolución audiovisual que en muchos sentidos ha democratizado la información, porque todos somos informantes, pero al mismo tiempo la abundancia crea confusión. No es fácil orientarse entre verdades y mentiras. Pero la democracia, que permite la diversidad periodística, está mejor defendida contra las fake news que una dictadura, donde solo hay una voz, que es la voz del gobernante”.
Y Ceberio pregunta: “¿Cómo convive la democracia con la mentira sistemática?”
Vargas Llosa responde: “La mentira está siempre ahí, pero en las sociedades libres se puede combatir mejor gracias a la diversidad. Hay periódicos más respetables que otros, porque son más prudentes a la hora de difundir fake news. En una dictadura uno está completamente perdido, no hay sino una única voz que nos incomunica con el resto del mundo, aunque gracias a la revolución tecnológica esto es cada vez más difícil”.
“¿Qué significa eso en última instancia? ¿Que tenemos muchos problemas? Siempre los hemos tenido. Pero el problema mayor que tuvo la democracia fue el comunismo, que sedujo a millones de jóvenes con la idea de un paraíso en esta tierra. Esto ha desaparecido, el comunismo desapareció, ya no existe. ¿O alguien puede creer que Corea del Norte, o Venezuela, o Cuba puedan ser modelos para el Tercer Mundo”?
Después de leer toda la entrevista así como la reseña del libro en El País, tiendo a coincidir con Vargas Llosa en la esperanza de que, a largo plazo, los medios confiables y sus mensajes verídicos vayan a triunfar en el mercado de las ideas.
No es sólo una esperanza. Aquí tienen 20 ejemplos de medios independientes que están produciendo periodismo de calidad en 16 países, algunos de ellos no precisamente en países que apoyan la libertad de expresión.
Considerar un mundo sin medios independientes resultaría demasiado espantoso.
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