Cómo introducir la innovación digital en los programas universitarios


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BRISTOL, England — Hace algunos años formé parte de un equipo encargado de diseñar una maestría en periodismo digital. La universidad nos pedía que propusiéramos tres áreas de investigación para que los profesores del programa siguieran.

Una de las áreas que propusimos era sobre nuevos modelos de negocio para las noticias. Otra era sobre el uso de las redes sociales en la distribución de noticias. No recuerdo la tercera. Las tres fueron rechazadas por la autoridad académica de la universidad, debido a que no estaban en la lista de áreas de investigación aprobadas. Parecía que no íbamos a poder poner en marcha el programa.

De todas maneras apelamos al vicerrector, quien convenció a las autoridades académicas de que un programa universitario innovador podía (y debía) incluir áreas de investigación que no estuvieran aún aprobadas.

Por fuera del currículo

Tienes que ser un poco escurridizo si quieres innovar en una institución de 1.000 años de edad como una universidad. Los sistemas de recompensas de las autoridades académicas se sostienen sobre sistemas de publicación revisados y consensuados entre pares. Puede que no logres cambiar el currículo lo suficientemente rápido como para incluir la totalidad de innovaciones digitales que están aconteciendo.


El asunto de la inflexibilidad del currículo universitario surgió reiteradamente en Brístol durante una reunión de profesores y estudiantes que participaban en un programa de emprendedurismo periodístico en Inglaterra, España, Portugal y Finlandia.

Todos los ejemplos de cursos sobre periodismo emprendedor que escuchamos se desarrollaban fuera de la estructura curricular. Un colega mencionó la necesidad de “infiltrar” el tema en cursos ya existentes, en lugar de intentar hacer que un curso entero fuera aprobado por las autoridades universitarias.

El programa CreBiz, patrocinado por la Comisión Europea, busca ayudar a estudiantes de campos creativos a encontrar modelos para establecer sus propios negocios. El programa – Investigaciones y Empresas para Artes y Tecnologías Creativas – ha lanzado 56 prototipos de negocio y generado £1,9 millones de inversiones iniciales y £350.000 de inversiones de seguimiento. La propiedad intelectual desarrollada es parte del negocio.

“Las universidades no son muy buenas en la comercialización de la economía creativa”, dijo Jonathan Dovey, profesor de la Universidad del Oeste de Inglaterra. 

Dovey contó al grupo sobre su experiencia alineando universidades con industrias creativas para ayudar a resolver problemas. Es difícil unificar los tiempos de la academia (años) con los de los negocios (meses), dijo. Sin embargo, destacó que en tres años ha habido avances.

La situación en Estados Unidos

Como suele suceder, la innovación en las escuelas de periodismo es un tema caliente en Estados Unidos. PBS Education Shift, un excelente sitio sobre innovación digital, publicó recientemente un mensaje de Michelle Ferrier, decana asociada de innovación de la Universidad de Ohio, sobre cómo usar un hackatón para mejorar los métodos de educación emprendedora.

Education Shift también enlazó un artículo de Sarah Bartlett, decana de la escuela de posgrado de periodismo de la City University de Nueva York, en el que destaca lo difícil que es mantener un currículo actualizado y al mismo tiempo satisfacer a las autoridades que acreditan los programas de estudio.

Sus ideas formaron parte de un informe de la Fundación Knight, en el que se hacen tres recomendaciones:
Establece un proyecto de medio académico que priorice lo digital; un equivalente educativo a ProPublica, FiveThirtyEight y Vox Media en el mercado de las noticias y la información.
Aprovecha la experiencia disciplinaria de los profesores con dedicación completa y a la vez crea nuevas estructuras de aprendizaje basadas en las competencias.
Crea un proceso de acreditación específico para programas cuya misión principal sea la preparación de periodistas en el siglo XXI.

En otras palabras, las universidades necesitan contar con profesionales de la industria que no tengan doctorados para complementar su personal. Y los sistemas de acreditación necesitan reconocer que los programas de periodismo deben estar más orientados hacia el futuro y ser menos tradicionales. Necesitan cambiar de mentalidad y priorizar lo digital.

Suena lógico y simple. Pero las universidades tienen estructuras poco flexibles que hacen que les sea difícil competir con miles de ágiles organizaciones con y sin fines de lucro que están ofreciendo capacitaciones en periodismo.

Por ejemplo, muchos profesionales activos que quieren mantenerse al día con las nuevas tecnologías optan por cursos gratuitos o de bajo costo que se ofrecen en horarios y lugares convenientes, o que a menudo se imparten online. 

Yo era uno de los instructores de un curso online de estas características ofrecido a través del Centro Knight de la Universidad de TexasPeriodismo emprendedor: Cómo monetizar y promocionar proyectos de contenidos para la Web. 

El curso se ofrecía en español y cerca de 200 alumnos se inscribieron, provenientes de España, Estados Unidos, Latinoamérica y otros países y regiones. Costó US$95 y duró cinco semanas. Tanto su costo como su duración son considerablemente menores que los de un curso universitario estándar.

Al igual que como ocurrió en la industria de la música, del cine, de los periódicos, de los libros y de la televisión, las universidades también han sufrido la irrupción de la era digital. Es muy difícil para la industria tradicional responder a estos desafíos digitales. Pero necesariamente debe poder responder.

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