La crisis ha animado a los medios de comunicación a realizar cambios que tenían pendientes
Hace solo unas semanas, las fuerzas oscuras de internet parecían demandar la atención del mundo durante el asalto al Capitolio de EE UU. La democracia misma pareció sacudirse hasta sus cimientos.
Las redes sociales y la televisión por cable pueden causarte esa reacción; que creas que todo el mundo es un extremista despiadado y está decidido a avergonzarte por no unirte a su mafia, sea de un lado ideológico u otro.
Probablemente yo estaba leyendo y escribiendo demasiado acerca de máquinas de propaganda impulsadas por robots que difunden desinformación para ganar poder o dinero. Este tipo de investigación sobre la desinformación es parte de mi trabajo en estos días. Y como un detective privado en el film noir, mi trabajo me estaba convirtiendo de escéptico a un cínico desesperado. ¡Oh, Humanidad!
Pero espera. Este es el momento en el que los optimistas deben dar un paso adelante. Si no, nos volvemos pesimistas, nos encogemos de hombros como los protagonistas Vladimir y Estragón en la obra Esperando a Godot, nos quedamos inmóviles y declaramos: “No hay nada que hacer”.
Es cierto que varios actores nefastos han aprovechado el poder de los algoritmos para inundar el ecosistema mediático con información venenosa, difundiendo mentiras y odio. Pero esa no es toda la historia.
Los optimistas entran en acción
Las herramientas de inteligencia artificial, utilizadas con gran efecto por los actores nefastos, también pueden ser implementadas por medios informativos de calidad. Estos medios pueden ofrecer productos personalizados diseñados para reemplazar los ingresos perdidos y exigir una mayor rendición de cuentas de los poderes existentes.
No hay que buscar mucho para encontrar ejemplos inspiradores. Llegan todos los días. La Fundación Gabo en Colombia acaba de publicar un informe sobre tres organizaciones de habla hispana que utilizan inteligencia artificial o procesamiento de datos para producir un periodismo de más calidad.
- Verificado en México produce un informe diario que se funda en una base de datos compuesta del texto de todas las ruedas de prensa y discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Usando un software llamado Pinpoint, los periodistas pueden identificar personas, eventos y casos a los que se refiere y luego verificar sus declaraciones. Encontraron, por ejemplo, que repetidamente el Presidente ha hecho declaraciones falsas o engañosas sobre el covid-19.
- Ojo Público en Perú ha desarrollado un software que escanea grandes cantidades de datos sobre contratos públicos para identificar conexiones entre políticos, funcionarios gubernamentales y aquellos que ganan contratos. Los datos provienen de investigaciones previas de los periodistas. El software señala los contratos que muestran signos de transacciones potencialmente ilícitas.
- Narrativa, una empresa de software con sede en Madrid, ha desarrollado un programa que, a partir de bases de datos, genera artículos periodísticos en lenguaje natural. El software, que se llama Gabriele, utiliza el machine learning (aprendizaje automático) para generar noticias en segundos. Cuando los medios utilizan Gabriele para informar sobre la noticia rutinaria (resultados deportivos, precios de cierre en los parqué, pronósticos del tiempo), los reporteros pueden dedicar más tiempo a crear análisis o investigaciones de alto valor. Entre los clientes de Narrativa se encuentran el Wall Street Journal, InfoBae, 20 Minutos y RTVE, la emisora pública de España.
Otra razón para el optimismo es que los editores tradicionales, que se han visto devastados por la pérdida de ingresos publicitarios debido al covid-19, están adoptando tácticas poco tradicionales.
Están experimentando con varios tipos de suscripción digital y modelos de membresía. Están convirtiendo sus archivos en generadores de ingresos. Algunas editoriales están desarrollando modelos comerciales basados en la independencia y la credibilidad. Otros están contratando a sus propios equipos de ventas en lugar de depender de la publicidad programática que les brindan las plataformas tecnológicas. Escribiré más sobre innovaciones en publicaciones futuras.
La naturaleza de la suerte y el optimismo
Estoy estudiando Thinking, Fast and Slow (Pensar rápido, pensar despacio) el perenne best-seller de Daniel Kahneman, quien ganó un premio Nobel de economía por sus estudios sobre cómo las personas toman decisiones irracionales e ilógicas en contra de sus propios intereses.
Kahneman atribuye muchos de los errores que cometemos al excesivo optimismo sobre nuestro poder para predecir el futuro, como los precios de las acciones o los resultados de las elecciones. Si por casualidad predecimos correctamente, es muy probable que fuéramos afortunados en lugar de hábiles. Al mismo tiempo, se refiere a estudios que muestran que los optimistas no son solo delirantes:
“Los optimistas suelen ser alegres y felices y, por lo tanto, populares; son resistentes para adaptarse a los fracasos y las dificultades, sus posibilidades de depresión clínica se reducen, su sistema inmunológico es más fuerte, cuidan mejor su salud, se sienten más saludables que los demás y, de hecho, es probable que vivan más tiempo ”.
La frase relevante para los periodistas es que los optimistas son “resistentes para adaptarse a los fracasos y las dificultades”. Los periodistas que hoy marcan la diferencia son optimistas. Son inventores al estilo de Edison. Asumen desafíos, hacen pruebas para verificar una hipótesis, miden los resultados, hacen modificaciones y vuelven a intentar el experimento. Esta fórmula ha sido estudiada y evangelizada por Eric Ries en The Lean Startup. En esta fórmula de hacer el periodismo, cuando un experimento no funciona, no es un fracaso sino un “aprendizaje validado”.
La lógica del optimista
Los mejores vendedores son optimistas. Cada vez que se les dice que “no”, sienten que están un paso más cerca de escuchar el “sí”. Para mí, la actitud del optimista, desde el vendedor hasta el científico, se captura en algunos dichos:
- “Cuanto más trabajo, más suerte tengo”. – tradicional
- “La suerte es el residuo del diseño”. – Branch Rickey, director de equipos de béisbol
- “En los campos de la observación, el azar favorece solo a la mente preparada”. – Luis Pasteur
Rickey fue el director general del equipo de béisbol Brooklyn Dodgers que reconoció el potencial de los jugadores negros para transformar el deporte. Contrató a Jackie Robinson, el primer negro que jugaba en las ligas mayores.
Pasteur fue el gran científico francés del siglo XIX que innovó con la vacunación, reconoció que las bacterias causaban enfermedades y desarrolló el proceso de tratar la leche con altas temperaturas para eliminar los gérmenes. Su cita enfatiza la importancia de una vida de estudio cuidadoso para poder reconocer la importancia de una anomalía y la oportunidad que podría representar.
Otra cita de Pasteur también es relevante para los periodistas: “Déjame contarte el secreto que me ha llevado a mi objetivo. Mi fuerza radica únicamente en mi tenacidad “.
Colaboración y otras innovaciones
Es fácil encontrar motivos para la desesperación, porque la evidencia está a nuestro alrededor. Esto nos lleva a errores mentales impulsados por lo que Kahneman llama “la heurística de disponibilidad”, el atajo intelectual que nos lleva a tomar decisiones basadas únicamente en la información más cercana, más a nuestro alcance. Y a menudo esa información proviene de las noticias más sensacionales del día.
Si se desea encontrar motivos para el optimismo, hay que buscar cada vez más profundamente. La evidencia está oscurecida por todo el ruido en el ecosistema mediático que nos rodea.
Algunas razones más para la esperanza son los miles de periodistas y medios informativos que se han movilizado en colaboraciones internacionales como The Trust Project, Global Investigative Journalism Network y International Fact-Checking Network, por nombrar solo tres que enfrentan el desafío de desinformación.
No es fácil. Se necesita más tiempo para explicar correctamente por qué y cómo funcionan las vacunas contra covid-19, por ejemplo, y probablemente el titular no se vuelva viral.
Sin embargo, los periodistas que son tenaces, resistentes, trabajadores y -nos atrevemos a decir- felices están marcando la diferencia, atrayendo aliados y encontrando nuevas fuentes de ingresos. Planeo traerles más ejemplos en futuras publicaciones de este blog. Los optimistas creen que pueden cambiar el mundo. Y a menudo lo logran.
El optimismo, la suerte y el futuro del periodismo